Moda después del COVID-19, ¿cómo cambiarán nuestros hábitos?

Los efectos de la crisis por Covid-19, sin duda ha afectado en gran medida al sector de servicios de lujo, sin embargo la industria de la moda es de las que más sufrirá las consecuencias de la contingencia, es por esto que su recuperación implica grandes cambios para las marcas.

Nada es seguro en estos tiempos de incertidumbre, lo que sí sabemos es que nuestros hábitos y manera tanto de consumir como de vender, deben adaptarse a la nueva normalidad.

Las marcas han comenzado a reestructurarse considerando el tamaño de las compañías, el ritmo de las cadenas de suministro, el nuevo consumidor, el mensaje a transmitir e incluso sus propios valores, colocando la sensibilidad de las personas y el planeta como punto focal.

La reapertura

La contingencia representa una gran pérdida para la temporada primavera-verano de muchas marcas, la cual muchos ya dan por perdida. Sin embargo, aún hay que deshacerse del gran stock de prendas y accesorios que permanece en las tiendas, por lo que se vienen increíbles ofertas y rebajas, lo que podría significar aglomeración de clientes buscando aprovechar las promociones.

Es por esto que las marcas han implementado protocolos estrictos para la reapertura de sus tiendas, así tanto los empleados como los compradores pueden regresar a los probadores de manera segura. Desde la desinfección de cada artículo, desinfección de todas las áreas y control de número de personas dentro del establecimiento para mantener el distanciamiento social.

Incluso, hay marcas que han ofrecido como servicio garantizar que la prenda que el comprador se lleva es una que no ha sido probada por alguien más.

Compras en línea

No es sorpresa alguna que la mayoría de las marcas hayan comenzado a migrar, casi en su totalidad, a las ventas en línea, pues con la experiencia de la cuarentena, sabemos que las ventas en línea solo van en aumento.

Incluso ahora, que algunas marcas han abierto ya sus puntos de ventas físicos, aún se apoyan en gran medida en las ventas online, pues los protocolos de seguridad a seguir representan una disminución en ventas debido al reducido número de personas permitidas en la tienda y los tiempos de desinfección antes y después de cada cliente.

Cabe destacar que las compras en línea, para muchos consumidores son la opción más cómoda y segura para mantenerse sanos.

No más producción masiva

Uno de los principales puntos ha surgido a raíz de la contingencia, es el cambio en la producción de los productos. Algunos se han planteado el diseñar y producir colecciones de acuerdo a la demanda y no con base en proyecciones de ventas de años previos.

Con esta estrategia se busca minimizar los costos y los excedentes de piezas que en su mayoría terminaban en la sección de rebajas o en outlets, así como la reducción del impacto medioambiental, objetivo que desde hace algunos años los consumidores exigen a las grandes compañías.

Consumo local

Yendo de la mano con el punto anterior, para reducir costos de sourcing muchas marcas cambiarán de estrategia al buscar la producción de cercanía y proveedores locales, lo cual les permitirá también agregar mayo valor a sus piezas.

Calidad sobre cantidad

En una visión centrada en las necesidades reales de los consumidores, muchas marcas han optado no solo por la reducción en la producción, sino que su producción se centrará en ofrecer prendas de mayor calidad y mucho más duraderas en lugar de grandes cantidades de piezas reemplazables.

Esta época histórica en la que vivimos, ha permitido a la industria de la moda dar un punto y aparte, abriendo espacio a la reflexión sobre lo que representan y aportan a la vida de sus consumidores, volviéndose vulnerables y empáticas dentro de su comunidad.

De igual modo, los consumidores se han abierto a la oportunidad de reflexionar sobre sus hábitos de consumo, el estilo de vida que llevan y qué marcas los acompañarán de ahora en adelante.